miércoles, 1 de septiembre de 2010

Calidad y algo más

Locura transitoria en el Mundial de Turquía, o enajenación mental transitoria, cada uno que lo llame como crea oportuno. Después de los tropiezos "inesperados" de España ante Francia y Lituania, ahora ha llegado el turno de Angola. Resulta que los africanos han rememorado viejos tiempos y han tumbado a Alemania en lo que se puede catalogar nuevamente de "angolazo".

¿Y todo esto porque? ¿Acaso es "normal" que ocurran estos resultados? Un amigo y entendido en la materia me comenta que por ejemplo el caso de España, "tienen calidad y la orquesta va a seguir tocando, aunque el Titanic se esté hundiendo". ¿Pero basta con la calidad?

El trabajo, la pasión, el convencimiento, el esfuerzo, la fe... Parece que pueden sobreponerse a la calidad de algunos equipos.

Francia se vació, a conciencia, sabiendo que era su única oportunidad de doblegar a la campeonísima España. Aprovecharon todo su músculo y fuerza, y desearon la victoria, para conseguirla finalmente.

Lituania no bajó los brazos cuando se encontró con 18 puntos de diferencia faltando 15 minutos para acabar el partidos. Deseó remontar, y puso brillo en cada acción. Puso todos los músculos en cada acción (incluyendo el corazón, que es un órgano musculoso) y se llevó el triunfo.

Nadie puede discutir la calidad que atesoran los jugadores españoles, y las medallas que han logrado en los últimos campeonatos así lo reafirman, pero todo apunta que no sólo con calidad se gana, sinó que el deseo y el esfuerzo límite también tienen su importancia.


Aún queda mucho Mundial, y parece que lo vamos a disfrutar gratamente, porque la pasión está en el aire.

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