miércoles, 6 de octubre de 2010

Baloncesto en zonas de conflicto

La Fundación Basket Zaragoza, representada por Pedro Carrillo, entrenador ayudante del primer equipo y segundo entrenador del CAI Zaragoza cadete, participó durante una semana en una actividad organizada por el Gobierno de Aragón, la Asociación Naciones Unidas, y la brigada Castillejos II destinada en la base Miguel de Cervantes de la ONU, para promover el baloncesto en zonas en conflicto, en este caso en la frontera entre Líbano e Israel.

Se trata de una iniciativa para el fomento del baloncesto, una de las tareas principales de la Fundación Basket Zaragoza desde su nacimiento. Esta labor, a medio camino entre la cooperación y la difusión de este deporte, ha sido desarrollada por primera vez para nuestra fundación fuera del territorio español. Así, Carrillo, hizo entrega como recuerdo de una camiseta del CAI Zaragoza firmada por toda la plantilla del primer equipo al General Medina, al mando del contingente español destacado en Líbano.

Pedro Carrillo nos cuenta con su relato la experiencia vivida en unas jornadas que comenzaban muy temprano. "Por las mañanas íbamos a visitar puestos adelantados del ejército español, en los que jugábamos a baloncesto con los militares y comentábamos su vida allí. Por la tarde entrenábamos con los chicos, tanto cristianos como chiítas. Tenían entre 9 y 17 años e hicimos tres grupos de 80 para entrenar cada tarde con un grupo. La última tarde también jugamos un partido con los más mayores", nos cuenta.

Aunque en el entrenamiento con niños cristianos participaron tanto chicos como chicas, en el de los chiítas, las chicas "se quedaron mirando porque las niñas tienen prohibido jugar con los niños", explica el técnico del CAI Zaragoza. No obstante, "el trato con los chavales fue genial - defiende - porque no tienen mucho nivel, no conocen nada de baloncesto, no tienen medios para jugar en sus pueblos... Pero estaban contentísimos e ilusionados porque es algo que no tienen de normal. Se volcaron muchísimo", añade.

Los entrenamientos con los niños cristianos se realizaban en el pabellón de Marjeyoun,"un pueblo al sur de Líbano situado en el llamado "corredor cristiano", mientras que el entrenamiento con niños chiítas tuvo lugar otro día, en un pueblo chiíta llamado Kaferhela "pegado", literalmente, a la frontera con Israel, conocida como la blue line por ser, en teoría, una zona neutra libre de conflicto bélico, aunque en realidad la controlan los militares de Israel", añade.

Además, como experiencia personal, Carrillo asegura que fue "buenísima porque estás lejos de tu país, viviendo algo distinto. No es cuestión de nivel o no nivel de baloncesto, es vivir la experiencia con niños de otro país y otro nivel cultural, lo que demuestra que el baloncesto no entiende de conflictos, guerras o religiones. Es un lenguaje universal y es necesario llegar a sitios como éste para darte cuenta de ello en toda su extensión de la palabra", defiende.

Finalmente Carrillo, desea agradecer el trato dispensado por las Fuerzas Armadas españolas destacadas allí. "El comandante de la Base siempre estaba con nosotros para llevarnos de un lado a otro. Era como el enlace entre el ejército y nosotros y pronto nos sentimos verdaderamente cómodos en un contexto poco habitual para la gente del baloncesto como Rafa Vidaurreta y yo", explica Carrillo.

[fuente: web CAI Zaragoza]

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