viernes, 15 de mayo de 2009

Messina acertó.

Después de unos días de la disputa de la Final4 de la Euroliga en Berlín todavía me pregunto como el CSKA pudo competir hasta el último suspiro por el título. Y es que, sin desmerecer los jugadores actuales del equipo ruso, creo sinceramente que era la plantilla más justa de las 4 que competían.

Pero sin duda alguna la clave la tiene el técnico, Ettore Messina. Se pueden tener grandes jugadores, con talento, liderazgo y maestría en el juego, y Messina los tuvo. Ahí quedaron los títulos europeos con Papaloukas, Andersen y Holden a la cabeza, pero este año el equipo era diferente. Siskauskas como estrella en potencia y Smodis, Holden y Langdon como fieles escuderos. Y Messina lo tuvo claro: jugamos 5 contra 5. No podía jugar a campo abierto y desgastar sus piezas.

Si vemos de nuevo los partidos del CSKA en Berlín podremos observar que únicamente corren contraataque cuando es una situación clarísima: robo en media pista o rebote largo con desajuste defensivo. Todo lo demás es juego estático 5 contra 5. Y ahí es donde Messina apuesta por la capacidad de sus tiradores, buscando situaciones simples de juego en 2 contra 2 o 3 contra 3.

La reflexión que hago es que cada entrenador debe conocer el tipo de jugadores que tiene y las capacidades de juego que pueden ofrecer para generar ventajas. Parece impensable que en estos tiempos que andan un equipo que no propone juego rápido, ni llegar jugando, pueda obtener un rendimiento óptimo en competición. Pero las características de los jugadores deben estar al servicio del equipo y ahí es donde el entrenador debe observar y decidir que es lo mejor.


Y Messina acertó, de nuevo.
Aunque esta vez no pudo ser el vencedor.

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