
No queremos dar un pase, queremos dar un «muy buen pase».
El pase es un fundamento maltratado; es un arte infravalorado que utilizamos como puente entre el bote y el tiro, sin mayor énfasis. Al margen del concepto pase, hay que diferenciarlo con su selección (debemos dominar a quién, donde y cuando pasar en todas las situaciones de juego: superioridad, bloqueo y continuación...
Hay jugadores que saben seleccionar el pase, pero no son grandes pasadores. También ocurre lo contrario: excelentes pasadores que no aprovechan su condición para dominar a quién «pasar mejor» en cada momento. El jugador que consigue dominar estas dos cualidades será el mejor pasador.
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