viernes, 23 de enero de 2009

Entrenar educando

Paciencia. Mucha paciencia tenemos que mostrar los entrenadores cuando estamos con jugadores jóvenes o principiantes. Queremos que aprendar fundamentos, gestos, movimientos,...Y lo queremos ya! Pero todo tiene un tiempo. Hay que tener paciencia y los objetivos que andamos buscando llegaran, seguro. Aunque haya jugadores que capten las ideas antes y otros lo hagan más tarde, pero con paciencia y voluntad podremos conseguirlo.

Pero más allá del aprendizaje técnico, táctico, físico o mental que nosotros como entrenadores podamos transmitir a nuestros jóvenes jugadores, más allá del savoir faire propio y detallado del juego, tenemos que encontrar la instrucción educacional: el "entrenar educando".

Porque detrás de cada jugador hay una persona y no podemos pasarlo por alto. Por ello mientras entrenamos en baloncesto de iniciación debemos desarrollar todas las habilidades de los jugadores, disciplinar su voluntad, moralizar su conducta, sugerirles ideales e ilusionarles por alcanzar la mejor disposición física y mental.

Entrenar constituye un auténtico ejemplo de psicología aplicada basada en la experiencia.

El entrenador debe ejercer educando y contribuyendo al desarrollo social del jugador. Estamos colaborando en la formación de su carácter con el deseo de mejorar y alcanzar un mejor rendimiento.

Un baloncesto bien dirigido contribuye a un desarrollo educacional y social del jugador, de la persona que posteriormente se enfrenta al mundo real. Los entrenadores tenemos nuestro "laboratorio práctico" en la cancha y un correcto método docente puede ayudar a forjar el carácter de los jugadores.

Pienso que entrenar educando es el trabajo más difícil e importante que se le puede pedir a un entrenador, pero también el más agradecido, orgulloso y admirable.

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