
En otras ocasiones vemos a un jugador que falla y se ira: se indigna y se enfada. Esto ya es más preocupante para su equipo, porque no sólo juega en inferioridad durante su ira, sino que además corre el riesgo de ser sancionado por su comportamiento y perjudicar así muchísimo más a su equipo.
"Si te enfadas, piensa en las consecuencias."
Confucio.
El control emocional en esas situaciones límite marca la diferecia entre el jugador implicado y el que no lo está. La diferencia entre "estar en el partido" o no estar.
El jugador que no controla su respuesta puede obtener consecuencias irreparables para su equipo.
Y como sea en final de partido nos puede costar hasta el propio partido.
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