Lo que tenía que ser un camino de rosas hacia lo más alto del podio en el Eurobasket de Polonia está resultando ser un vía crucis y cada partido aparece como una nueva estación para el seleccionador Sergio Scariolo.
La preparación del Europeo se podía llevar cómodamente. Los rivales no plantaban excesiva dificultad pero las primeras espinas de la corona empezaban a despuntar en forma de lesiones y problemas físicos varios de algunos jugadores seleccionados. De hecho creo que la cruz ya pesaba antes de poder seleccionar, sabiendo que no se podría contar con el único base acreditado como tal para el combinado español, José Manuel Calderón, por una inopurtuna lesión.
Los primeros partidos fueron de trámite, con minutos para todos y alegría general. Parecía que todo iba a ser más de lo mismo respecto a campeonatos recientes. +37 a Cuba, +21 a Gran Bretaña, +18 a Eslovenia, +26 a Israel... y la primera sorpresa con un mísero +5 a Polonia, encajando 83 puntos y teniendo sensaciones contradictorias. Rápidamente se vuelve a la normalidad nuevamente contra Israel (+37), terminando así los partidos preparatorios en territorio español con un festín y sonrisas para todos.
Y llegó el momento de caer arrodillado en Lituania (-22) con un juego inoperante y siguiendo con jugadores lesionados ante el inminente inicio de la competición, puesto que éste era el último partido de preparación.
Nueva estación del vía crucis en el primer partido oficial del Eurobasket, con derrota ante Serbia por 57-66. Sin Rudy por lesión y con Pau Gasol totalmente fuera de ritmo. No pasa nada, siguiente partido asequible: Gran Bretaña.
El talento de Pau Gasol (27 puntos) levantó el partido ante los británicos 84-76, pero las dudas seguían rodeando al equipo. El juego no convence y las sensaciones no son las mismas que en campeonatos anteriores...
Último partido de la primera fase contra Eslovenia: vital. Garbajosa y Mumbrú no juegan por lesión. Raúl López y Víctor Claver por decisión técnica. Victoria en la prórroga y respiro general para todos, pero con grandes dudas por el juego mostrado y por las sensaciones trasmitidas. Desde la distancia parece que el núcleo duro de jugadores de la selección ha perdido el feeling con el seleccionador y eso se trasmite en falta de compromiso y confianza.
El vía crucis de Scariolo tiene una nueva estación en la derrota contra Turquía 60-63 en el primer partido de la segunda fase. El protagonismo del técnico tuvo su máximo expresión cuando en la jugada decisiva del partido cuando España tiene en sus manos ganar. Pierde de uno y restan 12,3 segundos. Scariolo pide tiempo muerto y las caras de sorpresa aparecen durante el mismo: Sergio Llull se jugará el último balón. Con Pau Gasol, Felipe Reyes, Rudy Fernández y Juan Carlos Navarro en pista, la última fue para Llull, que únicamente había jugado 8 minutos en este partido. Desgraciadamente para todos no pudo anotar y el partido se escapó...
Sabemos que fue en caliente, con 180 pulsaciones o más, pero las declaraciones de Marc Gasol tras el partido fueron contundentes: “Es complicado, teniendo a Pau en pista, jugarse la última con el chico, el último que ha llegado... pues pasan estas cosas". Crítica contundente al técnico, y de buen seguro es el pensamiento del núcleo duro de jugadores de la selección, que casualmente son los mismo que consiguieron Plata en Pekín, Oro en Japón, Plata en Madrid...
Lástima que no pudimos ver la cara del presidente Sáez, pero de buen seguro que tomó buena nota de todo lo ocurrido (y lo que queda por ocurrir...) y creo que confirmó la crucifixión del seleccionador tras la competición...
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