jueves, 5 de noviembre de 2009

El pez no vuela

"Cuando un pez nada en un océano, no hay límite en el agua, no importa lo lejos que nade. Cuando un pájaro vuela en el cielo, no hay límite en el aire, no importa lo lejos que vuele. Sin embargo, jamás el pez o el pájaro han abandonado su elemento."



Esta antigua enseñanza Zen atesora gran sabíduria para qualquiera que intente imaginar cómo sacar el máximo de un grupo. Así como los peces no vuelan ni los elefantes tocan el rock and roll, no puedes esperar que un equipo de baloncesto actúe más allá de sus capacidades básicas. Aunque el águila se eleve y vuele cerca del cielo, su visión de la tierra es amplia y despejada. En otras palabras, puedes soñar todo lo que quieras, pero, en última instancia, tienes que trabajar con lo que tienes. De otro modo, estás perdiendo el tiempo.

Cuando tu visión está basada en una claramente vislumbrada y realista valoración de los recursos, la alquimia se produce misteriosamente a menudo y los equipos se transforman en una fuerza mayor que la suma de los talentos individuales. Inevitable y paradójicamente, la aceptación de las fronteras y limitaciones es la puerta hacia la libertad.

Pero las visiones no son nunca propiedad de un solo hombre o una sola mujer. Para que la visión se haga realidad, tiene que ser hecha suya por cada uno de los miembros del grupo.


[El pez no vuela, o como sacar el máximo rendimiento de un equipo. Extracto de: "CANASTAS SAGRADAS, Lecciones espirituales de un guerrero de los tableros", de Phil Jackson y Hugh Delehanty]

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